Qué es esta senda que atesoro testarudo;
este vagar sin aire, ni descanso, ni destino,
este viajar inhóspito, insensato y ya sin tino
por rumbo incierto, vano, escondido y rudo.
Qué es esta pasión que; sin permiso, me cobija
y quita el frío y el calor y acerca los sepulcros
y viene riéndose y escalándome los muros
y se deshace; a veces, a través de una rendija.
Qué es esta vocación tan arbitraria
que me condena al libro y a la pluma
que me lapida con sus tropos y su espuma
y me degüella con su estrofa temeraria.
Qué me hace escribir tanta penuria
y tanta insensatez tan brusca y lerda
y tanta letra, tanto verso...tanta mierda
poblada de señuelos, ilusiones y lujuria.
Deponer mi pluma quiero, mas no puedo
me asalta inclemente el frenesí por la escritura
y siento desazón, manía, temblor, locura
si no atiborro la hoja con mi fatuo dedo.
Qué es esta maldición que tanto me atormenta…
Quienes me han poseído hasta tal punto
que ya no entiendo nada en este asunto
pues si no escribo
¡mi mente explota y mi alma se revienta!
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