Los loqueros son increíbles, están siempre sentados detrás de su escritorio con su sonrisota de oreja a oreja, que mantienen inamovible sin importar lo que escuchan de tus labios.
Digas lo que digas la sonrisa jamás se borra:
-Maté al perro de la vescina -y ellos sonrientes
-Me cayó un piano encima -y ellos satisfechos
-Se me murió mi Amá -y ellos complacidos
Es verdad que el loquero nos trata como a un hijo; pero nunca como a un hijo de él, sino como a un hijo de... mmmmmmmmmm hay cosas que es mejor callarlas.
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